jueves, 2 de febrero de 2023

Coco, campeón del mundo IV

El martes 13 de diciembre se jugó la semifinal del mundial. Para ese entonces, ya me conocía a todos los jugadores del equipo y, gracias a las redes sociales, pudieron mostrar un lado humano que hizo que el pueblo argentino los amara aun más. Dibu era el sex symbol del equipo. Tenía 30 años, hablaba perfecto inglés, una sonrisa encantadora y encima iba al psicólogo. Scaloni también se había vuelto muy popular entre las mujeres. El famoso “Qué hombre” y al que todas querían abrazar porque se notaba que aunque siempre trataba de mantener la mente frío, por dentro se estaba muriendo de nervios y presión. El Papu Gómez ya nos había conquistado con sus pasos de baile durante la copa América, pero lo terminamos de amar cuando en un stream que hizo el Kun Aguero mostró que se había hecho el corto de Beckam. Desde ese entonces hasta llegaron a poner su foto en la página de Wikipedia de aquel jugador. Además, se lo reconocía por el amor que le demostraba a su mujer y su familia. Dybala era el que siempre esperábamos que entrara al campo de juego, pero siempre se terminaba quedando en el banco de suplentes. Enzo Fernández era el de la dentadura rara. Julián Álvarez se volvió una joven promesa del fútbol ya que logró meter como tres goles durante el torneo. Rodrigo de Paul, el más controversial por todo el escándalo entre su ex mujer y Tini, su actual novia. Tagliafico, el pibe de los talentos ocultos. No solo jugaba bien al fútbol sino también sabía bailar y cantar muy bien. Mac Allister, uno de mis favoritos: el colorado con risa de delfín. Messi, que simplemente era Messi y el Kun, que en realidad no era parte del equipo por un problema cardíaco que había tenido, pero que siempre estaba ahí metido. Obviamente me faltan jugadores, pero quise nombrar a los más populares.


Volviendo a aquel día, como el partido cayó día de semana, lo vi sola en casa (con Galán). Como siempre me puse un vestido de la gama de los azules, mi perfume de la suerte y a Galán su remera de Argentina. Le mandé un mensaje a mi vidente: “¿Somos finalistas?”,”Obvio”, me respondió. Cuando terminé de trabajar, me senté en el sillón (esta vez sin la compu del trabajo) y al lado coloqué al “libro cábala”. Antes de comenzar el partido mandamos al grupo nuestras fotos. Yo desde mi casa, Nati a punto de despegar porque ese día volaba (es azafata) y Gaby también en su casa con cerveza, quesitos y Coco. Obviamente. Luego el himno, el silbato del árbitro sonó y el partido comenzó. Les voy a ser sincera. No les puedo contar nada acerca de este partido porque esta vez sí me puse a leer y al no tener a Gaby gritando al lado, lo único que recuerdo bien es que faltando quince minutos, Scaloni metió en la cancha a los tres jugadores que todavía no habían hecho ni un minuto en el torneo. Creo que con ese gesto, las mujeres lo terminaron de amar. Ese día le ganamos 3 a 0 a los subcampeones de Rusia 2018. Cuando terminó el partido, empezaron a sonar bocinazos sin parar. Ya había gente que estaba celebrando en el Obelisco y medio Villa Luro ya estaba en lo de la abuela lalala. Estábamos en la final otra vez. Íbamos a tener revancha después de perder en Brasil en 2014. 





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