lunes, 30 de marzo de 2015

Capítulo 6 (parte 2 )

 Eran las 21:55 y Florencia ya estaba cambiada, peinada y maquillada esperando a que Francisco la pasara a buscar.
Estaba muy nerviosa ya que era la primera vez que salía con un chico.
A las 10 en punto sonó el timbre. Florencia pegó un gritito y luego comenzó a hacer sonar una risa nerviosa.
Cuando abrió la puerta ambos adolescentes se saludaron.
-          Que linda que estás.
-          Gracias, se limitó a decir Florencia que no daba más de los nervios.

Un par de horas más tarde…

-          ¿Qué te parece si volvemos ahora y vamos hasta la playa a leer el diario?
-          Dale

3 de marzo de 1992

Esto se puede llamar vida, me levnto temprano, salgo a correr por la playa, al mediodía Paula me enseña a cocinar sus mejores recetas y a la tarde salgo a conocer un poco.
Hoy fui al Cristo Redentor. Es una experiencia realmente asombrosa y la vista que hay desde allí no se puede describir con palabras.

10 de marzo de 1992

Cada día la estoy pasando mejor. Hoy fuimos con Amalia y Susana a navegar.
Nunca me reí tanto como cuando ambas señoras imitaron a sus maridos y sus amigos.
Puedo decir que la mejor parte del día fue cuando Amalia se tiró desde el barco haciendo una mortal. Nunca pensé que una mujer de su edad podía tener tanta destreza.
Por otro lado, estoy muy ansioso, antes de irme hoy a la mañana, Cristian me dijo que me tenía que hacer una propuesta a la que no iba a poder decir que no. 

12 de marzo de 1992

La gran propuesta era acompañar a Cristian y a Natalio a la selva amazónica, y como Cristian suponía, dije que sí. ¿Cómo iba a perderme esta gran oportunidad?
Igualmente, confienzo que estoy un poco asustado. En la selva hay grandes peligros a los que no sé si voy a poder hacerles frente.
Así y todo, Natalio y Cristian conocen muy bien el lugar y sé que me van  a ayudar si necesitara ayuda.

14 de marxo de 1992

Después de dos agotadores  días de viaje llegamos al pulmón del mundo. Nos recibieron integrantes de la tribu Matses, los cuales son amigos de mis compañeros hace años.
Estos indígenas son semi nómadas y algunos hablan español o portugués. Va, eso es lo que me dijeron.
En el lugar hace mucho calor y la luz es muy escasa. Se oyen miles de pájaros cantar y los ruidos provenientes del interior son incesantes. ¿Qué habrá allí? ¿con qué me encontraré?

La lectura fue repentinamente interrumpida cuando el celular de Florencia comenzó a sonar.
-          Si, ya estoy llegando. Es que perdimos el colectivo.
-          ¡Que mentirosa que sos!
-          Y bueno, si se llega a enterar que estoy a las dos de la mañana en la playa me mata. ¿Vamos?
Cuando Florencia comenzó a caminar Francisco la tomó del brazo y la miró fijamente. Estuvo a punto de besarla pero algo en su interior le dijo que no era el momento. Entonces la soltó y se encaminó hacia la salida del balneario.
Florencia que estaba totalmente desconcertada quedó inmóvil un par de minutos más, pero al cruzársele  la imagen de su madre reaccionó y salió corriendo detrás de su enamorado.
El camino de vuelta fue absolutamente silencioso. Sin embargo, tenían muchas ganas de hablar y hasta gritar lo que sentía el uno por el otro. Pero ninguno de los dos se animaba.

Pero como dicen, tiempo al tiempo. Las cosas van a pasar cuando tengan que pasar. Solo es cuestión de esperar.

Al otro día... 

- Flor! ¿Cómo andas?
-Fran! todo bien ¿y vos?
- Muy bien por suerte. Me divertí mucho ayer. 
- Yo también
- Te dijo algo tu mamá de que llegaste tarde?
- No, me preguntó como me había ido nomás. Che, te parece si aprovechamos que está nublado y leemos el diario?
- Si, dale. 

15 de marzo de 1992

Mi primer noche en la selva: SUPERADA
Aunque a decir verdad no pude pegar un ojo en toda la noche. Tal vez si no me hubieran dicho que podían llegar a entrar animales venenosos y mosquitos letales hubiera podido, a pesar del calor insoportable, haber dormido un poco. 
Igualmente no sé si hice bien en venir, siento que va a pasar algo malo y lo que más me preocupa es que este sentimiento se está haciendo cada vez más fuerte.

jueves, 26 de marzo de 2015

Capítulo 6: ¿Decisiones equivocadas?

Florencia se despertó temprano y se alegró al ver que era un hermoso día. Se cambió, se peinó, acompañó a su mamá a hacer unas compras y la ayudó a cocinar el almuerzo.
A las dos de la tarde no aguantaba más, se moría de ganas de ver a Francisco, en consecuencia, pese a que sus padres decían que era demasiado temprano, agarró y se fue.
Al llegar vio que Francisco y Galán jugaban con la pelota. Florencia corrió hacia ellos y se unió al juego.
Luego, decidieron ir al médano a continuar leyendo la historia del viajero.

26 de febrero de 1992

Ayer tuve una noche increíble. Todos los huéspedes de la posada me hicieron una fiesta de bienvenida en la playa.
Armamos un gran fogón. Paula cocino una comida típica de  Brasil y Cristian comenzó a tocar los timbales. Nos pusimos todos a bailar y Natalio cantó una hermosa canción.
Ya avanzada la noche, cuando nos cansamos de tanto bailar y comer, cada uno contó algo especial sobre su vida.
Un relato era más fascinante que el otro. Mientras los escuchaba pensaba como había desperdiciado mis 25 años de vida.
Cuando llegó mi turno, lo único de lo que se me ocurrió hablar fue de Sofía.
Cuando la nombré el vacío que sentía en mi interior se llenó por completo, no podía evitar sonreir y contar lo maravillosa que era.
Terminado mi relato les pedí perdón por no haberles contado nada acerca de mí y haberles hablado todo el tiempo de ella. Pero Cristian, en lenguaje de señas, me dijo que ella era parte de mi vida. Y tiene razón porque cada momento, persona o lugar que  nos haga feliz o que simplemente produzca alguna clase de sensación en nuestro ser es parte de nuestras vidas y si hablas de ellas, hablás de vos.
Finalmente, la fiesta terminó al amanecer cuando me agarraron y me tiraron al mar para luego meterse ellos.
A partir de esa noche, me di cuenta de que todas estas maravillosas personas ya forman parte de mi vida.

-O sea que si yo le cuento a alguien sobre vos, estoy hablando de mí, dijo Francisco de repente.
A Florencia le empezó a latir el corazón muy fuerte y no sabía que decir, se había quedado totalmente muda.
-          Estaba pensando… siguió diciendo Francisco, si hoy a la noche quisieras salir conmigo, podemos ira  a caminar, tomar un helado, divertirnos un rato.
Florencia no daba más de felicidad.
-          SI obvio
-          Buenísimo, te paso a buscar a eso de las 10.
-          Dale, te espero.

-          Bueno, me tengo que ir, le prometí a mi papá que lo iba a acompañar a pescar. Nos vemos.

lunes, 23 de marzo de 2015

Capítulo 5: Mal Comienzo

Francisco estaba metido en el mar hasta las rodillas, el agua estaba medio fría, por eso le estaba costando un poco meterse por completo.
De repente sintió que alguien comenzaba a salpicarlo. Un poco aturdido y enojado, se dio vuelta para interceptar a su agresor pero cuando se dio vuelta, se dio cuenta que no era nada más ni nada menos que Florencia. Entonces tuvo una mejor idea, corrió hacia ella, la levantó entre sus brazos y la tiró debajo de una ola.
Estuvieron jugueteando en el agua un buen rato hasta que Galán, aburrido de estar solo en la orilla, se coló entre las olas y llegó hasta su dueño.
Luego de un rato más de juegos acuáticos, esta vez con Galán incluido, salieron los tres del mar y enfilaron directo para el médano donde se encontraba el diario del viajero.
-          Me muero por saber si al final viajó o se quedó con Sofía, dijo Florencia.
-          Seguro que viajó. 
-          Ya lo veremos. Florencia abrió el diario y comenzó a leer.

23 de enero de 1992

Después de 5 días dejé de estar incomunicado. No puedo creer que me estén acusando de tráfico de drogas a mí, que ni siquiera me podía machetear en el secundario.
Esto verdaderamente es un delirio. Yo que pensé que iba a empezar mi viaje tranquilo, simplemente tomándome un avión hasta Brasil. ¿Por qué tenía que ser tan complicado?
Encima andá a saber cuánto tiempo voy a estar encerrado acá adentro.

7 de febrero de 1992

Hace dos semanas que estoy encerrado. Mi familia y mi abogado están tratando de sacarme pero parece que el que realmente está implicado en esto la tiene bastante negra y no lo pueden encontrar. Lo que no entiendo es por qué yo tengo que cumplir su condena.
Por lo menos los demás presidiarios milagrosamente son bastante amigables.

15 de febrero de 1992

Ya van tres semanas de encierro. Afortunadamente el tema ya se está solucionando, probablemente en una semana salga y con un historial limpio.
Muchos me preguntaron si a pesar de esto iba a continuar mi viaje, y para esa pregunta siempre tengo la misma respuesta: Un tropezón no es caída.  
Esta pequeña estadía es un simple obstáculo en mi camino que no va a ser que pierda mi meta. Aparte acá adentro aprendí varias cosas que seguramente me van a servir en algún momento.

22 de febrero de 1992

Estoy muy feliz. Encontraron todas las pruebas necesarias, atraparon al verdadero traficante y a mí me absolvieron de la causa.
Hoy mismo me largan. Ya preparé todas mis cosas y ahora sí estoy totalmente listo para mi aventura. Nadie ni nada me va a parar.

24 de febrero de 1992

Hoy a la tarde llegué a Buzios. Es un lugar hermoso verdaderamente.
La posada en la que me hospedo da justo al mar. Es una morada muy acogedora, ya que simplemente son seis habitaciones que dan a un patio principal.
Hasta ahora los otros huéspedes son muy agradables y buenos conversadores.
Están Alicia y Marcos, una pareja de unos 30 años que vinieron a pasar su luna de miel acá.
Amadeo y José que ocupan la habitación contigua y que son dos uruguayos que, como yo, están viajando por el mundo. Luego están Amalia y Susana, dos mujeres de unos 45 años que después de separarse de sus maridos decidieron celebrarlo yendo de vacaciones.
También están Paula y Natalio, los dueños de la posada, que por lo que me contaron hacen la mejor comida de todo Brasil.  Y por último, está Cristian, mi compañero de habitación. Es mudo y vive acá hace algunos años. Espero que nos llevemos bien. Creo que sería grandioso tener un amigo en este país desconocido.

-          Bueno, creo que se hizo tarde, dijo Florencia.
-          Cada vez se hace tarde más temprano.
-          Dicen que cuando uno se divierte el tiempo pasa volando.
-          Y no se equivocan.
-          Chau, nos vemos mañana.
-          Chau.

Mientras Florencia se alejaba, el ritmo cardíaco de Francisco volvía a la normalidad.

lunes, 16 de marzo de 2015

Capítulo 4: El encuentro

13 de enero de 1992

Es tan agradable estar en la playa, caminar sobre la arena calentita, sentir los rayos del sol en la cara, oír a los vendedores pasar y a los niños jugar sin parar durante todo el día.
Meterse poco a poco al mar hasta finalmente zambullirse entre las olas y quedarse allí hasta que no quede nadie más.
Sentarse en una sella y mirar el atardecer y es más agradable todavía cuando ese placer se comparte con la persona que uno ama.
Se me parte el alma pensar que este puede llegar a ser el último verano que pase con Sofía.
Pero el viaje que voy a hacer es muy largo y no creo que ella me espere. Me encantaría que cuando vuelva ella me siga amando y poder pedirle casamiento acá mismo, pero no puedo atarla a mí, sería muy egoísta si lo hago. Aparte si le llegara a pasar algo en mi ausencia jamás me lo perdonaría.

14 de enero de 1992

No pide dormir en toda la noche tratando de pensar como decirle a Sofía que desde que tengo 16 años estoy juntando plata para irme a recorrer todo el mundo y que cuando volvamos voy a agarrar mi mochila y no voy a volver hasta dentro de un año.
Varias veces durante el transcurso d
Durante la noche cuando la miraba mientras dormía, lo hermosa que era, consideré no hacer el viaje. Pero si no lo hago no lo voy a hacer nunca.
También consideré preguntarle si quería venir conmigo pero con tan solo 24 años logró conseguir un puesto muy importante en su trabajo y no puedo arruinarle su carrera en su mejor momento.
Si su belleza, su buen humor, su inteligencia y su dinamismo no hubieran aparecido en mi vida dos años atrás , las cosas serían mucho más fáciles, pero claro. No sería tan feliz.

15 de enero de 1992

Sofía no me habló en todo el día, lo único que me dijo fue un “Chau Thiago”. La vi llorar algunas veces pero cada vez que me acercaba se iba.
Yo sé que ahora no lo entiende pero cuando esté muy lejos me lo va a agradecer.
16 de enero de 1992
Hoy regresamos a Buenos Aires. Durante el viaje traté que Sofía entienda que iba a estar mejor sin mí pero nisiquiera me miraba.
Cuando llegamos a su casa, despupes de más de un día de frialdad por parte de ella, ya estaba convencido de que me iría con el recuerdo de una Sofía triste y enojada. Pero de repente estalló y me empezó a gritar que era un egoísta, que solo pensaba en mí. También me dijo que si se lo hubiera dicho ella hubiera hecho lo imposible por acompañarme. Se largó a llorar, yo también, nos abrazamos, nos besamos y cuando nos tranquilizamos pudimos hablar.
Me dijo que ella me iba a esperar todo el tiempo del mundo, que el amor que había florecido en los años que estuvimos juntos no desaparecería de un momento a otro.
Juro que a medida que me hablaba y me miraba sentía que la amaba cada vez más y más y en ese preciso momento decidí que si cuando volvía las cosas no habían cambiado me casaría con ella.

-          Wow, nunca pensé que alguien podía amar tanto a una persona, dijo Florencia
-          ¿Alguna vez te enamoraste? Preguntó Francisco curioso
-          La verdad que no. Igual tampoco soy tan grande como para haberme enamorado de alguien.
-          ¿Qué tiene que ver? Para estar enamorado no se necesita ser grande.
-          Tenés razón, contestó Florencia un poco avergonzada de su respuesta.
-          ¿Seguimos leyendo? Me encanta esta historia
-          La verdad es que ya es tarde y tendría que ir volviendo.
-          Está bien, no importa, seguimos mañana, claro, si querés.
-          Obvio que quiero, me divertí mucho hoy.
-          Yo también, dijo Francisco sonriendo. ¿Si dejamos el diario acá? No creo que le pase nada.
-          Si, por qué no.
-          ¿Querés que te acompañe?
-          No, dejá. Voy sola. Nos vemos mañana
       Ambos adolescentes se despidieron. Definitivamente eran el uno para el otro.

jueves, 12 de marzo de 2015

Capítulo 3: El encuentro


Florencia toca el mar con la punta de los dedos de los pies. El agua está hermosa. Sin embargo no quiere meterse enseguida, prefiere mirar un poco más para ver si encuentra a su “amor” pero no hay rastros. Aunque el hecho la desilusiona un poco decide seguir en su puesto de observación.
Mientras tanto…
-          - Mirá Galán, ¡es ella! ¡Está acá! Vos que decís, ¿Voy a hablarle? 
     Galán entendiendo la duda e indecisión de su amo solucionó el problema en un instante,aprovechó la distracción de este y comenzó a correr en dirección de la joven. A darse cuenta de esto, su dueño lo siguió a pesar de que ya le llevaba una gran ventaja.
Cuando el negro can llegó hasta la muchacha, esta empezó a acariciarlo y a jugar con él.
Francisco llegó a los pocos minutos y casi sin respiro dijo: - Perdonáme, se me escapó.
-          No importa, me encantan los perros. ¿Cómo se llama?
-          Francisco, pero podés tutearme eh, tengo 17 años nada más. ¿Y vos?
-          Jajaja. Me llamo Florencia y tengo 15, igual.. yo hablaba del perro.
-          Ahh! Perdoná. Él se llama Galán, le puse así porque desde que lo tengo todas las perritas están atrás de él.
-          Mirá vos. La verdad que sí, es un verdadero Galán.
Florencia y Francisco se quedaron hablando un buen rato. Se los veía tan contentos, era como un sueño hecho realidad. Ambos estaban con la persona que deseaban, conversando como si se conocieran de toda la vida.
Bastaba con ver el modo en que se miraban para saber que Cupido había pasado por allí.
Los dos adolescentes descubrieron que tenían muchas cosas en común. Podrían haber estado así toda la vida pero Galán se volvió a escapar. Como una ráfaga de viento se dirigió hasta la cima de un pequeño médano.
-          ¿Me acompañás?, le dijo rápidamente Francisco a Florencia. Ella sin decir una sola palabra lo siguió.
Al llegar junto al cuadrúpedo, se detuvieron para ver que era el objeto que estaba desenterrando. Finalmente descubrieron que era una especie de libro.
Francisco intentó abrirlo pero estaba cerrado con llave.
Florencia que había visto ese libro, pero no se acordaba donde, tuvo una corazonada e impulsivamente se sacó la llave que tenía colgada en el cuello.
-          ¡Ya sé cómo se abre!
-          - ¿Cómo que sabés?
-          - Esto lo soñé el otro día
-          ¿Soñaste? ¿No habrás tenido un deja vu?
-          No, yo soñé con esto, y si no me equivoco, este libraco se abre así.
Metió la llave en la cerradura y esta abrió como por arte de magia.
-          No lo puedo creer, ¡sos una genia! Francisco le acarició el brazo y ella no pudo evitar sonreir y ponerse colorada. Como él lo notó, para no ponerla más incómoda le dijo:
-          Veamos qué es, si llegó hasta nosotros debe ser por algo ¿no?
-          Pareciera un diario íntimo, ¿lo leemos?
-          Si lo hacemos juntos, con mucho gusto.

Ambos sonrieron y comenzaron a leer. 

lunes, 9 de marzo de 2015

Capítulo 2: Cambio de rumbo

Hacía ya dos días que Francisco había llegado al lugar donde vacaciona desde que era un pequeño bebé y al no ver a la hermosa jovencita que había registrado el año anterior comenzó a perder las esperanzas y a arrepentirse de no haberle hablado.
-          Ay Galán, espero que este año venga, sino nunca me voy a perdona ni siquiera haberle preguntado el nombre cuando tuve la oportunidad.
Encima yo sé que le gusté, o sea, no me paró de mirar en todo el verano. Te juro que nunca pensé que alguien con una sola mirada me iba a descolocar de esta manera. Fue amor a primera vista.
-          Guau Guau, ladraba su labrador negro.
-          ¿Si era linda? ¡Era muy linda! Alta, de piernas largas, castaña y con una sonrisa… ¡Me voló la cabeza!
-          Este año si está te la voy a mostrar y te prometo que esta vez no la voy a dejar ir.
Las palabras que Francisco le pronunciaba a su perro parecían sinceras y lo eran. 
A decir verdad, Francisco es uno de esos chicos despreocupados, libres y solteros. Una novia definitivamente no encajaba en sus planes, por esa razón, cuando tuvo la oportunidad de comunicarse  con aquella chica no lo hizo.
Pero fue tan fuerte el sentimiento que lo atravesó cuando la vio que estaba decidido a acercársele aunque le pareciera raro el hecho de conquistar a una chica.

Solo debía esperar. 

jueves, 5 de marzo de 2015

Capítulo 1: Vacaciones Prometedoras

Todos tienen sueños. Uno, o muchos. Uno de los míos es escribir algo que trascienda.
Cuando tenía quince años empecé a escribir una novela que nunca pude terminar, tal vez porque uno de los motivos por la cual la empecé se concretó o porque quizás necesitaba vivir más experiencias para continuarla.
La cuestión es que aún hoy, aunque tiene algunas fallas por una cuestión de edad, me parece una linda historia que merece ser compartida y que algún día me gustaría terminar.

Capítulo 1: Vacaciones prometedoras

A medida que el Sol caía entre los médanos, una suave brisa golpeaba la cara de Florencia, quien sentada en la arena ya fría, oía y observaba como como rompían las olas al llegar a la orilla.
Era un escenario perfecto; pero de repente, la paz y la tranquilidad se transformaron en miedo y desesperación.
Florencia se encontraba en el medio del mar luchando con la corriente tratando de no ser succionada por este.

Afortunadamente y por obra de magia un chico cuyo nombre desconocía apareció y la rescató.
Ya en la orilla, las mismas manos que lograron quitarla de esa horrible pesadilla, le daban un extraño libro con una cerradura más extraña aún, pero que coincidía justo con la llave que Florencia llevaba colgada en el cuello desde el momento que la encontró.

Ella y su salvador abrieron el libro pero al querer leerlo las letras comenzaron a mezclarse y todo a su alrededor comenzó a girar sin control.

Florencia despertó sobresaltada y confundida. Cuando por fin logró darse cuenta de que todo era un sueño miró su reloj. Faltaban dos horas para irse de vacaciones.
Estaba tan emocionada, luego de un agitado año lleno de actividades por fin podría descansar y relajarse.
Sin embargo, en su interior sabía que estas no iban a ser unas vacaciones tradicionales sino que iban a estar llenas de aventura.

Hay que aclarar que este sentimiento no surgió de la nada. Una de las fuentes podría encontrarse en la llave que Florencia encontró un año atrás mientras nadaba en el mar y la cual conservó, no sabía bien si porque s su singular forma la hacía un objeto de colección o porque cuando la tocó sintió que debía guardarla porque algo importante pasaría con ella.
Por otro lado, había otra razón que hacía este sentimiento aún más potente, y era la posibilidad de volver a ver a ese chico que también había visto el año anterior.
Si mal no recordaba, era un día de mucho calor, por ese motivo la playa estaba llena a pesar de ser un día nublado.

Fue cuando se largó a llover el momento en que aquel joven de mediana estatura, de pelo castaño oscuro y lleno de rulos dejó de ser uno más entre ese caos de gente para ser la persona a la cual no pudo dejar de mirar un segundo en todo el verano, la persona que le hubiera gustado conocer si no fuera tan tímida, la persona que con una mirada logró producir en Florencia una sensación única, que le encantó y que espera volver a sentirla otra vez.

Pero como ya fue dicho, esta adolescente es demasiado tímida y es  más probable que encuentre la cerradura de la llave a que se anime a hablarle al chico que tanto le gustó.

Igualmente, una pequeña ilusión habita en ella y hora tras hora se hace cada vez más fuerte.

lunes, 2 de marzo de 2015

50 Sombras. Lado B.

Los fenómenos mundiales son cosas, hechos o personas extraordinarias y sorprendentes que surgen en un determinado período y causan tal revuelo, que luego de años, siguen estando en la memoria de las personas.

En los últimos años este título ha sido otorgado a varias sagas de libros como ser “Harry Potter” o “Crepúsculo” y hoy en día el fenómeno que está revolucionando todas,  las redes sociales y programas de televisión y que se cuela en todas las conversaciones, es la trilogía de “50 Sombras”.
No sé bien si fue porque el libro llegó a mis manos casualmente, porque me intrigaba saber de que se trataba o porque algún día también me gustaría escribir un best- seller, me leí los tres libros y tenía ganas de brindar mi opinión acerca de ellos.

A mi parecer, su éxito claramente no se debe a la forma en que está escrito, ya que tiene varios desequilibrios que hacen difícil explicar de qué se trata verdaderamente la historia.
Por otro lado, considero que el sadismo es uno de los temas fuertes pero solo porque es un tópico tabú y controversial que da mucho para  debatir. La verdad es que cuando uno empieza a leer el libro, el tema erótico si es atrapante y excitante pero con su desarrollo se vuelve algo repetitivo, monótono y hasta aburrido.

Para mí la magia del libro se da a partir de la elección del narrador que es del tipo protagonista.
La novela está contada por Anastasia Steel, la joven que queda cautivada por el misterioso Christian Grey.
Con el correr de las páginas, nos vamos enterando no solo de lo que sucede sino también de sus pensamientos y sentimientos.
Pero lo que no sabemos, y ahí está la clave, es lo que le pasa por la mente a este enigmático multimillonario.
Creo que a todos nos pasa, pero en especial a las mujeres, que nos gustaría saber qué es lo que piensan y sienten las personas que nos gustan o queremos para entenderlos mejor y saber cómo actuar.

Así es, como en el libro, al ponernos en la piel de la protagonista tenemos la urgencia de saber qué es lo que le pasa por la cabeza al señor Grey y pensamos que al ser una ficción vamos a poder hacerlo pero como no es así caemos en la trampa y no podemos parar de leer y leer hasta descubrir la verdad.

Más allá de esta pequeña opinión de pseudo "seguidora" de esta trilogía, considero que esta novela no es la mejor ni la peor que una persona puede leer en toda su vida, pero si es lo suficientemente entretenida para pasar un buen rato. 
Después de todo por algo llegó a tener tanto éxito, además un fenómeno mundial puede ser odiado o amado pero jamás ignorado.