Eran las
21:55 y Florencia ya estaba cambiada, peinada y maquillada esperando a que
Francisco la pasara a buscar.
Estaba muy
nerviosa ya que era la primera vez que salía con un chico.
A las 10 en
punto sonó el timbre. Florencia pegó un gritito y luego comenzó a hacer sonar
una risa nerviosa.
Cuando
abrió la puerta ambos adolescentes se saludaron.
-
Que
linda que estás.
-
Gracias,
se limitó a decir Florencia que no daba más de los nervios.
Un par de
horas más tarde…
-
¿Qué
te parece si volvemos ahora y vamos hasta la playa a leer el diario?
-
Dale
3 de marzo
de 1992
Esto se
puede llamar vida, me levnto temprano, salgo a correr por la playa, al mediodía
Paula me enseña a cocinar sus mejores recetas y a la tarde salgo a conocer un
poco.
Hoy fui al
Cristo Redentor. Es una experiencia realmente asombrosa y la vista que hay
desde allí no se puede describir con palabras.
10 de marzo
de 1992
Cada día la
estoy pasando mejor. Hoy fuimos con Amalia y Susana a navegar.
Nunca me
reí tanto como cuando ambas señoras imitaron a sus maridos y sus amigos.
Puedo decir
que la mejor parte del día fue cuando Amalia se tiró desde el barco haciendo
una mortal. Nunca pensé que una mujer de su edad podía tener tanta destreza.
Por otro
lado, estoy muy ansioso, antes de irme hoy a la mañana, Cristian me dijo que me
tenía que hacer una propuesta a la que no iba a poder decir que no.
12 de marzo
de 1992
La gran
propuesta era acompañar a Cristian y a Natalio a la selva amazónica, y como
Cristian suponía, dije que sí. ¿Cómo iba a perderme esta gran oportunidad?
Igualmente,
confienzo que estoy un poco asustado. En la selva hay grandes peligros a los
que no sé si voy a poder hacerles frente.
Así y todo,
Natalio y Cristian conocen muy bien el lugar y sé que me van a ayudar si necesitara ayuda.
14 de marxo
de 1992
Después de
dos agotadores días de viaje llegamos al
pulmón del mundo. Nos recibieron integrantes de la tribu Matses, los cuales son
amigos de mis compañeros hace años.
Estos
indígenas son semi nómadas y algunos hablan español o portugués. Va, eso es lo
que me dijeron.
En el lugar
hace mucho calor y la luz es muy escasa. Se oyen miles de pájaros cantar y los
ruidos provenientes del interior son incesantes. ¿Qué habrá allí? ¿con qué me
encontraré?
La lectura
fue repentinamente interrumpida cuando el celular de Florencia comenzó a sonar.
-
Si,
ya estoy llegando. Es que perdimos el colectivo.
-
¡Que
mentirosa que sos!
-
Y
bueno, si se llega a enterar que estoy a las dos de la mañana en la playa me
mata. ¿Vamos?
Cuando
Florencia comenzó a caminar Francisco la tomó del brazo y la miró fijamente.
Estuvo a punto de besarla pero algo en su interior le dijo que no era el
momento. Entonces la soltó y se encaminó hacia la salida del balneario.
Florencia
que estaba totalmente desconcertada quedó inmóvil un par de minutos más, pero
al cruzársele la imagen de su madre
reaccionó y salió corriendo detrás de su enamorado.
El camino
de vuelta fue absolutamente silencioso. Sin embargo, tenían muchas ganas de
hablar y hasta gritar lo que sentía el uno por el otro. Pero ninguno de los dos
se animaba.
Pero como
dicen, tiempo al tiempo. Las cosas van a pasar cuando tengan que pasar. Solo es
cuestión de esperar.
Al otro día...
- Flor! ¿Cómo andas?
-Fran! todo bien ¿y vos?
- Muy bien por suerte. Me divertí mucho ayer.
- Yo también
- Te dijo algo tu mamá de que llegaste tarde?
- No, me preguntó como me había ido nomás. Che, te parece si aprovechamos que está nublado y leemos el diario?
- Si, dale.
15 de marzo de 1992
Mi primer noche en la selva: SUPERADA
Aunque a decir verdad no pude pegar un ojo en toda la noche. Tal vez si no me hubieran dicho que podían llegar a entrar animales venenosos y mosquitos letales hubiera podido, a pesar del calor insoportable, haber dormido un poco.
Igualmente no sé si hice bien en venir, siento que va a pasar algo malo y lo que más me preocupa es que este sentimiento se está haciendo cada vez más fuerte.
Al otro día...
- Flor! ¿Cómo andas?
-Fran! todo bien ¿y vos?
- Muy bien por suerte. Me divertí mucho ayer.
- Yo también
- Te dijo algo tu mamá de que llegaste tarde?
- No, me preguntó como me había ido nomás. Che, te parece si aprovechamos que está nublado y leemos el diario?
- Si, dale.
15 de marzo de 1992
Mi primer noche en la selva: SUPERADA
Aunque a decir verdad no pude pegar un ojo en toda la noche. Tal vez si no me hubieran dicho que podían llegar a entrar animales venenosos y mosquitos letales hubiera podido, a pesar del calor insoportable, haber dormido un poco.
Igualmente no sé si hice bien en venir, siento que va a pasar algo malo y lo que más me preocupa es que este sentimiento se está haciendo cada vez más fuerte.
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