jueves, 20 de mayo de 2021

Carapantalla Municipal

 ¿Ustedes se quejan de sus vidas? ¿Qué tengo que decir yo entonces? Que soy invisible. Bah, en realidad tan invisible no soy porque cuando el perrito no tiene un árbol para levantar la pata, ahí me ven perfecto. Ah y en época de elecciones ni les cuento como me ven. ¿Acaso no tienen otro lado donde escribir “Macri gato” o “Cristina chorra? Encima a veces me hacen bigotes. Muchachos, el bigote me queda horrible. Prefiero los cuernos, miren lo que les digo. Total, a mi nadie me da bola, así que menos me van a meter los cuernos. No soy como los chupetes backlights que con sus luces encandilan a todos. Encima tienen esos cristales que llueve y no les pasa nada. A mí, caen dos gotas y ya la promoción del concierto de Arjona se transforma en la octava de Rápido y Furioso. Aparte soy presa fácil para los enojados. Ven algo que no les gusta y ¡Zaz! Me arrancan el papel de un tirón ¡Qué dolor! Ya les digo. Mi vida no es nada fácil. Ojalá fuera una gigantografía, que tienen una vista bárbara. O mejor uno de los que van pegados en el vidrio de atrás del bondi. ¿Saben lo que daría por ir recorriendo los barrios de Buenos Aires? También estaría bueno ser de los que están en el subte, en el tren o en la parada del colectivo. Ahí si que te prestan atención. Imaginate que con lo mal que funciona el transporte en Argentina siempre hay demoras, por lo tanto, a la gente no le queda otra que mirarte. Aparte también podés escuchar las conversaciones de la gente. Qué divertido debe ser eso. Yo las escucho también, pero como pasan caminando rápido siempre me quedo con la intriga de cómo terminó la historia. Lo único bueno que rescato de mi vida es que el paisaje siempre me cambia a lo largo del día. Hay momentos en que pasan más autos y más personas y otras que está más tranquilo y puedo descansar. Aparte en la posición en la que estoy tengo la primicia de los choques o si un auto insulta al otro. Las gigantografías, por ejemplo, están tan alto que no ven con nitidez lo que pasa. Yo en cambio se qué auto fue el que hizo mal las cosas. A veces hasta puedo predecir cuando alguno se la va a mandar. Bueno, también me gusta cuando la gente me sonríe. Porque yo se que dije que me insultan y me escriben, pero cuando la gente ve algo que le gusta o le interesa se paran a mirarme con detenimiento y se ponen felices. Y lo mejor es cuando esas personas tienen bebés. Amo a los bebés. Duermen en cada posición los locos. Hablando de dormir, otra cosa que está buena es que a la noche yo puedo hacerlo. Otros carteles no pueden porque tienen todo el tiempo luces en la cara.  De eso siempre agradezco. ¿Saben lo que debe ser no poder decirle chau al mundo por algunas horas? ¡Terrible! Y si sigo pensando, es verdad que la lluvia arruina mis promociones, pero por lo menos puedo sentirla. Algunos no tienen ese privilegio, porque están encerrados en una cajita de cristal o bajo techo. No tienen idea lo lindo que es darse una duchita de vez en cuando. 

Bueno, pensándolo bien, tal vez exageré un poco. Se puede decir que no es tan difícil ser yo. Por lo menos no tengo que preocuparme por temas de plata, que yo sé que a ustedes los agobia mucho. Tampoco nunca nadie me va a romper el corazón ni voy a sufrir la muerte de nadie. ¡Qué triste es su vida! La verdad tienen razón, mejor síganse quejando, tal vez algún día tengan la fortuna en reencarnar en un carapantalla municipal como yo. 





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