Los días
pasaron, me establecí por completo en mi nuevo trabajo y se puede decir que
prácticamente me volví experto en hoteles All Inclusive, o mejor dicho, de las
personas que se hospedan en este tipo de hotel.
Por
ejemplo, algo bien general que se ve en el 90% de los huéspedes es que tardan
aproximadamente 40 minutos desde que cruzan la puerta en olvidarse que son
padres, profesionales o personas responsables para convertirse en esponjas que
absorben alcohol las 24 horas del día.
Luego, si
entramos a hilar más fino y nos metemos a observar a las distintas nacionalidades,
se puede decir que son fácilmente
distinguibles, simplemente hay que ver qué y a qué hora arrancan a tomar y de
qué lado del buffet se sientan. Los canadienses, por ejemplo, empiezan tipo 11
de la mañana con alguna bebida blanca y en el comedor se sientan, en el
desayuno, del lado de las cosas fritas y en el almuerzo y la cena del lado de
la comida más liviana. Los argentinos, en cambio, arrancan con cerveza tipo 12.
En cuanto a la ubicación en el restaurant, en el desayuno están del lado de las
cosas dulces, las frutas o los fiambres y en el almuerzo y la cena cerca de la
parrilla o las pastas. Igualmente por lo que más se los distinguen es por lo
tarde que van a comer.
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