martes, 14 de julio de 2020

Amor en Tiempos de Coronavirus XI


El domingo a Agustín le llegó un mensaje de Lucía que no era lo que esperaba después del día anterior. “¿De verdad lo saben todos?”, leyó en su pantalla. “Si, se los conté el otro día”, le contestó Agustín apretando los dientes. “¿Por qué les contaste? Te pedí que no dijeras nada”, le puso Lucía furiosa. “Lo que pasa que es que vos no te juntás tan seguido como yo con los chicos de curso. Nosotros hablamos, se dan cuenta que me pasa algo con vos y me molestan. Se los conté para que no te molestaran a vos cuando te vieran”. “Si, claro”. “Dale, no te enojes”, le suplicó Agustín, pero lo único que recibió a cambio fueron dos tildes azules. El lunes Agustín le volvió a hablar a Lucía. No quería que siguiera enojada con él. Por suerte ella le respondió y al cabo de unos minutos logró volver a hacerla reír. “¿Nos vemos esta semana?”, le dijo después. “Ya te convertiste en calabaza”, le contestó ella. “¿Cómo?, preguntó Agustín confundido. “Eso. Que el sábado fue la última vez. Ya lo habíamos hablado”. “Bueno, pero pensé que no era de verdad”, le puso tristemente Agustín. “Siempre te dije que no iba a salir con vos”, le puso tajante ella y agregó: “Dale, no te enojes”. “Todo bien”, le contestó él, aunque claramente no estaba todo bien. Como Lucía había detectado que Agustín se había enojado, intentó hablarle de cualquier cosa para que le dijera lo qué le pasaba. Finalmente a la noche lo logró, aunque cuando vio un audio de tres minutos en su celular, intuyó que las cosas no terminarían muy bien.  Puso play y escuchó como la voz de Agustín le decía que era una histérica, que un día le decía una cosa y al otro hacía otra y que si no quería que se vieran seguido que prefería que no siguieran hablando. Lucía pensó que tenía razón. Se había comportado como una histérica, pero también le había dicho desde el momento cero que no quería salir. Él había sido el que se armó una historia que no era. Trató de explicarle eso mismo de buena manera, pero fue en vano y decidieron que lo mejor era no hablarse más.



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