miércoles, 21 de marzo de 2018

10 años ¿Cambian la historia? II

Con el correr del tiempo, el grupo cada vez se hizo más unido y nosotros dos también. Siempre volvíamos juntos de los ensayos y disfrutábamos de la compañía del otro.  Un día llevamos nuestras charlas de entre tiempo a conversaciones privadas por Whatsapp y, al igual que en persona, hablábamos de todo, solo que como no nos veíamos las caras, me animaba a contarle un poco más. Le dije que sentía que estaba caminando en arenas movedizas, que todo a mi alrededor se estaba derrumbando y sobre todo que me sentía muy sola. También le conté que había estado muy enamorada de alguien, pero me había lastimado tanto que sentía que ya no podía querer a nadie más. Él siempre sabía calmarme, me contaba sus experiencias y me hacía sonreír. Así fue como empecé a mirarlo con otros ojos y me di cuenta de que él ya lo hacía. Si hubiéramos tenido la misma edad, quizás todo hubiera sido más fácil, pero esos diez años de diferencia me hacían dudar mucho. Estábamos en etapas diferentes de la vida y así iba a ser constantemente. Cuando estábamos juntos nos llevábamos bárbaro y eso no lo podía negar, pero ¿sería lo mismo en una relación? “Si no probás nunca lo vas a descubrir” dirán ustedes y por eso mismo, un día me dije que, si él me quería conquistar, yo no me iba a resistir. El tema era que, para hacerlo, tenía que sorprenderme, cosa que no era trabajo fácil o sí, depende de cómo se lo mire. Yo necesitaba que hiciera algo que me descolocara, algo que rompiera con todas mis estructuras y me hiciese tomar la decisión de dar ese gran paso. 

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