Cuando te vi
entre los árboles de Mar de las Pampas, el corazón me dio un vuelco. Me
quedé completamente inmóvil. Ahí estabas, después de un año de prácticamente no
saber nada de vos, estabas ahí, en frente de mis ojos caminando con una bolsa de
La Pinocha en la mano. Cuando me viste vos también te quedaste paralizado, pero
no tardaste en volver a reaccionar y acercarte a mí. Me abrazaste
muy fuerte y me empezaste a hacer un montón de preguntas sobre mi vida, pero yo
lo único que atiné a decirte fue por qué no me habías avisado que habías
vuelto. Me dijiste que habías vuelto solo
por las fiestas, que en unos días ya te volvías porque tenías que terminar la
cursada, que no me habías dicho nada porque pensabas darme una sorpresa más
adelante. Mientras me hablabas tu voz me resonaba como un eco y todo a mi alrededor
giraba en círculos. Por suerte las chicas vinieron a rescatarme, porque si no
creo que caía desmayada ahí. Creo que nunca estuviste al tanto de la magnitud de
todo lo que me provocabas. Los siguientes días traté de no pensar en vos y de disfrutar mis
vacaciones con mis amigas, pero era imposible sabiendo que estábamos en el
mismo lugar, en nuestro lugar. Cuando una mañana me desperté y vi que el mensaje que tenía era tuyo empecé a
temblar, y cuando leí que querías verme, se me cortó la respiración. Se
lo mostré a mis amigas y la mayoría estuvo de acuerdo con que no te contestara,
pero ¿cómo resistirme ante una de mis mayores debilidades? A pesar de las
quejas y súplicas de las chicas me cambié y salí a tu búsqueda como un perro
cuando lo llaman a comer. Estúpida, estúpida, estúpida. Odiaba ser tan arrastrada
y odiaba seguir queriéndote tanto, pero que inevitable era. Me pasaste a buscar
por Toscana, el hotel donde estaba parando, en 107 y playa. Cuando salí estabas
ahí parado, qué lindo que estabas ¡y que ganas de comerte la boca tenía! Caminamos por
la avenida 3 porque la idea era volver por la playa. Me acuerdo de que rompiste el hielo preguntándome qué me parecía parar por el centro y te contesté que no había como
las playas del sur. Me contaste de tu vida en Inglaterra, de cómo era ir a la
facultad en el extranjero. También me dijiste que habías hecho algunos amigos y que, si
bien te gustaba estar allá, sentías que tu lugar era acá en Buenos Aires. Yo te
conté cómo fue mi último año de colegio, de lo bien que la había pasado en mi
viaje de egresados y que en marzo empezaba la licenciatura en Publicidad. Cuando
volvíamos caminando por la playa, de la nada me dijiste que me extrañabas. Con solo escuchar esas palabras, la tristeza que
se había acumulado en mi alma durante todos los meses que estuvimos separados, se disolvió y todo se llenó de felicidad. Nos
besamos mucho, y en cada beso confirmaba una vez más que eras la persona que
quería besar el resto de mi vida. Me acompañaste de nuevo al hotel. Nos
volvimos a besar y el beso se hizo cada vez más apasionado. No quería que te
fueras, o por lo menos no así. Supongo que te diste cuenta de que no te había
invitado a pasar para que conocieras el lugar. Mientras caminábamos por el
largo pasillo que separaba la puerta principal de la habitación le mandé un
mensaje a las chicas para que no aparecieran por un buen rato. Llegamos. Me
senté en la cama y te dije que te sentaras al lado mío. Te vi nervioso y
seguramente pensaste que yo también lo estaba, pero la verdad es que estaba muy
decidida. Los nervios vinieron después, con lo desconocido. Todavía me acuerdo
de tus manos acariciándome, de nuestros corazones latiendo con fuerza y de vos cuidándome
todo el tiempo. Al fin habíamos tenido nuestra primera vez, esa que, por uno u
otro motivo, no se nos había dado en los meses que estuvimos de novios. Obvio
que después de estar juntos menos quería que te fueras. Quería congelar el
momento para siempre, pero no fue posible. Nos despedimos entre besos, lágrimas
y abrazos. “Vuelvo en julio y nadie nos va a separar”, me dijiste mirándome a
los ojos. Yo confié en tus palabras. Por eso, cuando seis meses después volviste de novio y con una cara nueva, el mundo se me derrumbó.
Me gusto!!! Lindo ,bien ,Mica!!
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