Como era de esperarse mi relación con Daniel terminó
inminentemente. Por suerte no pasó mucho tiempo para que pudiera entender que
era lo mejor para ambos y mi corazón cicatrizara. Se ve que así son las cosas
cuando el amor es auténtico. Como ya les había contado, con él charlábamos casi
todos los viernes y en una de esas conversaciones me enteré de que su novia me
detestaba porque conocía nuestra historia, pero sobre todo, porque se daba
cuenta de cómo nos mirábamos cada vez que nos veíamos. No nos malinterpreten,
no lo hacíamos a propósito, era algo inevitable, aunque debo decir que un día
las cosas se nos fueron un poco de las manos. Estábamos en un cumpleaños y él
había ido solo así que aprovechamos a bailar juntos todo lo que pudimos.
Nuestras miradas eran cada vez más intensas. Yo me moría por darle un beso y él
también a mí, pero no ocurrió. Los dos sabíamos que era algo inapropiado y
además ninguno tenía la intención de lastimar a nadie. Lo que no pudimos evitar fue sentarnos uno al
lado del otro al momento de la cena y tampoco pudimos impedir que nuestras
manos se entrelazaran por debajo de la mesa. Mi corazón latía muy fuerte y aún
más cuando al regreso, en el auto, comenzó a acariciarme la pierna. Al llegar a
su casa nos despedimos como buenos amigos y al llegar a la mía, le envié un
mensaje que explotó en sus manos como una granada. “Algún día vamos a
coincidir” decía el texto y para mi sorpresa no solo recibí respuesta, sino que
me contestó: “Ojalá así sea. A mí nunca me vas a dejar de gustar”. Al leer eso
no pude soportarlo más e hice estallar una segunda bomba. Le confesé que
nuestra diferencia de edad me había dejado de importar hace bastante y que el
día de la fiesta en mi casa yo pensaba decirle que me la quería jugar por él.
“No me digas esto”, me contestó y me dijo que si se lo hubiera dicho antes
quizás las cosas hubieran sido de otra manera. “No tenemos que pensar en eso”,
le escribí y continué diciéndole que si la vida nos quería juntos en algún
momento iba a hacer que eso ocurriera, que mientras tanto él tenía que seguir
con su novia y yo con mi vida. Al principio no nos costó mucho seguir adelante.
Como aquel hecho había pasado casi a fin de año, pasó bastante tiempo hasta que
nos volvimos a ver, y si bien nos seguíamos hablando todo fluía con naturalidad.
Él se había ido de vacaciones con su novia, yo con mi familia y al regreso cada
uno siguió con lo suyo. El conflicto comenzó nuevamente cuando su relación
empezó a deteriorarse y a mí, un compañero de trabajo comenzó a seducirme.
miércoles, 25 de abril de 2018
10 años ¿Cambian la historia? VII
Etiquetas:
amor,
arte,
baile,
cerveza,
cuento,
cuentos,
diferencia de edad,
historias de amor,
novela,
novelas,
prejuicios
miércoles, 18 de abril de 2018
10 años ¿Cambian la historia? VI
A las dos semanas de salir con Daniel le hablé a él
para contarle. No es que quería refregárselo en la cara ni nada por el estilo,
sino que prefería contárselo yo antes de que lo supiese por otro lado. Empecé a
hablarle de cualquier cosa como para no entrar de lleno en el tema, pero, para
mi sorpresa, él también tenía novedades para mí. Me confirmó lo que ya
sospechaba, estaba saliendo con alguien más y si bien la noticia me dejó un
poco helada me sentí feliz por él. Sabía que lo había lastimado y saber que
había una persona que lo quería era reconfortante. Luego de hacerle las
preguntas pertinentes sobre su chica llegó mi turno de contarle sobre mi
relación. Cuando lo hice se mostró totalmente indiferente, pero lo mal que le
cayó la noticia se podía percibir a kilómetros de distancia. Me hizo algunas
preguntas al respecto, pero terminó confesándome que ya lo sabía. Después de
ese día no nos hablamos más, o por lo menos hasta después de mucho tiempo.
Con Daniel salí durante seis meses. Al principio
estaba todo bien y nos queríamos mucho, pero con el tiempo nuestras diferencias
comenzaron a ser insalvables. Si bien yo trataba de no hacerle caso en muchas
cosas, a veces era inevitable caer en una fuerte discusión. En esos momentos pensaba en él y me imaginaba
como hubiese sido todo si le hubiera dicho que sí. Me acuerdo que un viernes
después de una pelea con Daniel tuve una necesidad inmanejable de hablarle,
extrañaba mucho nuestras charlas. Aproveché que había comentado algo en el
grupo de salsa y le escribí. “Sabía que me ibas a hablar”, me dijo y así fue
como empezamos nuestra conversación, la primera de muchas que tuvimos después,
siempre los días viernes, en las cuales yo hacía un paréntesis de mi realidad
que cada vez me gustaba menos porque, no muy a lo lejos, se vislumbraba su
fecha de caducidad.
Etiquetas:
amor,
arte,
baile,
cuento,
danza,
diferencia de edad,
historias de amor,
pareja,
prejuicios
miércoles, 11 de abril de 2018
10 años ¿Cambian la Historia? V
Queridos lectores, en este capítulo vamos a hacer un
paréntesis de esta historia para hablar de Daniel, aquel chico que les había
contado que me robó un pedacito de mi corazón y que en cierta manera es una
parte importante de esta historia.
El lunes luego de la fiesta en mi casa donde ocurrió
todo lo que ocurrió nos vimos con Daniel en la clase y como no podía ser de
otra manera, pusimos nuestra mejor cara de póker para pilotear la situación,
aunque nuestras miradas lo decían todo. A la salida me esperó en la esquina,
luciendo sus tatuajes y arriba de su moto roja. “¿Te llevo?”, me preguntó y
aunque no me gustaba para nada la idea de subirme a una moto ¿quién puede
resistirse a semejante escena? Me puse el casco y arrancamos. Como le prohibí
llevarme hasta la puerta de mi casa frenamos unas cuadras antes y esta vez fui
yo la que le robó el beso. Una hora después recibí un audio preguntándome si
quería salir con él y sin pensarlo le dije que sí. Si, ya sé lo que están
pensando pero que se yo, Daniel llegó en un momento en el que estaba mejor
plantada, sumado a que sus ganas de llevarse el mundo por delante me
encandilaron por completo. En fin, una semana después tuvimos nuestra primera
cita que fue terrible. Fue tan mala que pensé seriamente en cortarle el rostro,
pero como yo solo pretendía divertirme lo dejé pasar y cuando me volvió a
invitar a salir no pude decirle que no. Así fue como comenzó todo lo que jamás
hubiese imaginado. Con una rapidez casi imperceptible me abrió la puerta y me
hizo un lugar en su vida y yo sin darme cuenta empecé a quererlo. Si escucharon
bien ¡Lo quería! Después de mucho tiempo pude volver a querer a alguien y tengo
que decir que era muy lindo hacerlo. Y no solo logró eso, sino que también pudo
sanar por completo mi alma.
miércoles, 4 de abril de 2018
10 años ¿Cambian la Historia? IV
El 31 de diciembre a las 23:59 (ya recuperada de mi
operación) despedí al año horrible que había tenido y el 1 de enero a las 00:00
levanté mi copa agradeciendo tener 365 nuevas oportunidades. A las 00:01 recibí
su “¡Feliz Año!”, a las 00:02 él recibió el mío y a las 00:03 nuestra
conversación había terminado. La relación que nunca tuvimos estaba quedando en
el olvido y se esfumó completamente luego de mis vacaciones. Si bien seguíamos
charlando cuando nos veíamos y manteníamos alguna que otra conversación
superficial por Whatsapp, nos habíamos alejado y, por el momento, no había
vuelta atrás. Así fue como empecé a salir con un chico que había conocido una
noche antes de irme de viaje. Yo sabía que no era mi tipo y que no íbamos a durar
mucho, pero yo necesitaba divertirme así que puse primera y apreté el
acelerador. Salimos un tiempo, pero cuando llegó marzo, como era de suponer,
este amor pasajero no dio para más. Lejos de entristecerme, me sentí más
fortalecida que nunca. Podría decir que me sentía tan fuerte como para,
finalmente, jugármela por él. Para llevar adelante mi plan de reconquista,
organicé una fiesta en mi casa con el grupo de salsa, incluyendo a un par de
chicos nuevos que habían comenzado a ir a las clases. Todo había empezado según
lo estipulado, pizza, música, baile y cerveza, pero luego el destino quiso que
las cosas tomaran otro rumbo. Yo había tomado mucho y mi estado no era el
mejor. Me había parecido escuchar que él estaba saliendo con alguien más, pero
mi cabeza no estaba en condiciones de asimilar bien la información así que lo
dejé pasar. Mientras tanto, uno de los chicos nuevos comenzó a acercase a mí, a
bailar conmigo y a hacerme reír. Puede que no me acuerde de muchas cosas de esa
noche, pero si recuerdo con claridad cuando casi por sorpresa me robó un beso
en el medio de mi escalera. Un beso que me descolocó por completo y me dio una
bocanada de aire fresco.
Etiquetas:
amor,
baile,
cerveza,
cuento,
cuentos,
danza,
historias de amor,
prejuicios,
salsa
Suscribirse a:
Entradas (Atom)